Cómo curar tus sartenes de acero inoxidable paso a paso

Cómo curar tus sartenes de acero inoxidable paso a paso

Los sartenes de acero inoxidable son apreciados por su durabilidad, resistencia a la corrosión y apariencia elegante. Sin embargo, para mantenerlos en perfecto estado y evitar que los alimentos se peguen, es importante saber cómo curarlos adecuadamente.

Los sartenes de acero inoxidable no requieren un proceso de curado tan elaborado como los sartenes de hierro fundido, pero aún así, este proceso ayuda a mejorar su rendimiento y prolongar su vida útil. El curado crea una capa antiadherente natural y evita que los alimentos se peguen.

En este blog, te guiaremos paso a paso para curar y cuidar tus sartenes de acero inoxidable.

Pasos para curar tus sartenes de acero inoxidable:

Paso 1: Lavar los sartenes
Antes de comenzar, asegúrate de lavar a fondo tus sartenes de acero inoxidable con agua caliente y un detergente suave. Sécalos completamente con un paño limpio.

Lava tus sartenes

Paso 2: Preparar los sartenes
Calienta los sartenes a fuego medio durante unos minutos para asegurarte de que estén completamente secas.

Calienta tus sartenes

Paso 3: Agregar aceite
Añade una pequeña cantidad de aceite con un alto punto de humo, como el aceite de cártamo, el aceite de canola o el aceite de maíz. Extiende el aceite por toda la superficie del sartén, incluyendo las paredes.

Agrega aceite a tus sartenes

Paso 4: Calentar y enfriar
Calienta el sartén con aceite a fuego medio durante aproximadamente 10 minutos o hasta que empiece a humear. Luego, retira la sartén del fuego y permite que se enfríe por completo.

Calienta tus sartenes a fuego medio

Paso 5: Retirar el exceso de aceite
Usa un paño limpio para eliminar cualquier exceso de aceite en el sartén. Deja un residuo muy fino para mejorar la antiadherencia.

Limpia el exceso de grasa de tus sartenes

Consejos para mantener tus sartenes:

  • Lava los sartenes de acero inoxidable a mano en lugar de utilizar el lavavajillas para evitar la decoloración.
  • Evita usar utensilios de metal que puedan rayar la superficie.
  • Si los alimentos se pegan, agrega un poco de agua caliente y utiliza una espátula para despegarlos.
  • Sécalos completamente después de cada lavado para prevenir manchas de agua.